Baños. Sucios, sin papel higiénico, ni jabón, ni limpieza. Así están los baños de muchas instalaciones.
Todos tenemos nuestra manía a la hora de ir a los baños públicos. A alguno de nosotros nos repugnan particularmente los malos olores, mientras que otros detestan tener que enfrentarse a lavabos sucios o dispensadores de papel higiénico vacíos. Los inodoros atascados y sucios y los suelos inundados son un problema para todos.
Debería ser fácil, sin embargo, mantener un baño fresco, limpio e higiénico y al mismo tiempo estar bien provisto de productos. Pero todos sabemos que es un desafío, es una cuestión de elegir el sistema adecuado para las necesidades del baño y combinarlo con una rutina de limpieza que se adapte a los picos y al perfil de los visitantes de la instalación.
En los últimos años, y en especial en las nuevas aperturas que se han ido repitiendo en el resurgimiento postpandemia en la hostelería española, los diseñadores han apostado por crear baños a la altura de los lugares que sueñan, dándole la misma importancia que a la cocina o al comedor. E incluso, en algunos casos, convirtiéndolos en el centro (de atracción) de todo el local. «El baño es uno de los momentos que tienes para estar a solas y se ha transformado en un rincón fotografiable para que los clientes suban su imagen a las redes sociales y sobre todo Instagram, esto ha hecho que la parte más privada de nuestra visita a un restaurante, el baño, se haya convertido en la estrella del local. Ahora todo está enfocado a las publicaciones, etiquetando, su localización… y el baño es uno de esos puntos porque suele estar menos concurrido y puedes hacer tu foto tranquilamente.
«El baño es un servicio y un centro de beneficio clave para instalaciones tipo restaurantes y hoteles». Si los inodoros fallan, el negocio no es viable. La pandemia y la obsesión por la higiene son una oportunidad para crear un antes y un después en un tema tan banal pero tan importante como son los baños públicos: «Con la Covid, el mundo está ahora en el más alto nivel de conciencia sobre la higiene. Necesitamos aprovechar esto para conseguir la acción del propietario, así comprenderán que el inodoro limpio es un servicio rentable».
«¿Dónde está el baño, por favor?» es una de las preguntas más habituales en cualquier restaurante o bar a cualquier hora del día. Y «baje las escaleras y al fondo del pasillo a la derecha verá una puerta» es la típica frase que aún sigue resonando en nuestras cabezas de tantas veces que la escuchamos. De hecho, era la respuesta más habitual hace unos años a esa impepinable cuestión. Una indicación que te obligaba a un descenso a los infiernos, donde nunca se sabía si ibas a acabar en el cuarto de baño, en el almacén o en el armario de la limpieza, entre barriles de cerveza vacíos y apilados a los lados y la luz intermitente de un tubo que amenazaba con dejar de funcionar en mitad de la faena.
«El baño ha evolucionado mucho gracias al auge de las redes sociales y la transparencia de las opiniones de los usuarios sobre los locales. Es el espacio más íntimo y privado que cobra relevancia y se busca disfrutar de ellos como algo espectacular y diferente, otorgando un plus a la experiencia del cliente»
El baño, lejos de ser una cuestión de trámite o meramente decorativa, es un elemento importante para un tema que se ha demostrado clave en el último año y medio: la salud pública.