La asignación a los útiles de limpieza de colores específicos contribuye a minimizar el riesgo de contaminación cruzada, esto quiere decir el evitar la transferencia de una zona a otra, por microorganismos y residuos de alimentos (incluyendo alérgenos, sustancias químicas, cuerpos extraños,…). La contaminación cruzada provoca infecciones. La prevención de la contaminación cruzada es una parte importante de la limpieza comercial pero también es una parte importante de la limpieza en su casa. Piénselo, probablemente no usaría un paño de limpieza en un inodoro y luego lo usaría para limpiar las encimeras de su cocina, al menos no a propósito. Pero, ¿cómo puede estar seguro de que no lo hace? Los errores ocurren, pero la codificación por colores puede evitarlos.
En la limpieza es fundamental mantener una correcta higiene evitando que los materiales que se usan en una zona no se utilicen en otra. Para ello es muy positiva la utilización de estas marcaciones seleccionando diferentes colores y adjudicando a cada color una tarea determinada como limpieza de sanitarios, zona de cocina, áreas de entrada o recepción…
Algo tan simple como que la bayeta o el paño de microfibra roja se destine sólo a las áreas con mayor riesgo de contaminación, con mayor carga bacteriana como las zonas de inodoros, urinarios, baños…, facilita el trabajo a la hora de detectar a simple vista el material para la realización la limpieza de esas zonas. De la misma manera se puede usar una amplia gama de colores para el resto de las zonas. Esta codificación de colores sirve para reconocer de inmediato las herramientas apropiadas para cada trabajo particular pero, como comentamos antes, su objetivo principal es evitar la posible propagación de algún tipo de bacteria y al mismo tiempo sirve para mantener un mayor orden en el almacenamiento de los útiles de limpieza.